El pasado día 4 de febrero en el barrio Nouvengo de Guadalajara, una vecina acudió mediante llamada a la policía local, para informar que había escuchado gritos y varios tiros en el cuarto piso de su edificio.
La mujer llamó por una supuesta agresión, pero, resultó ser un homicidio a mano armada.
Las unidades de emergencia, se encontraron con varios problemas. El asesino había atascado la puerta de su casa para que nadie pudiese entrar. La policía tuvo que optar por tirar la puerta abajo, por medios de seguridad tuvieron que acceder a la vivienda con chalecos antibalas por la posible arma del individuo.
Dos cuerpos ensangrentados de dos niñas de unos doce años esperaban en la entrada de la casa, la dos fallecidas tenían heridas profundas de bala en el cráneo. En el salon se hallaban los tres cuerpos sin vida de la hermana, madre de las dos niñas y de los padres del asesino, dos ancianos de unos ochenta años. Los tres, cuerpos también ensangrentados presentaban cortes profundos en el cuello originados segun el medico forense por un cuchillo jamonero. El hombre de nacionalidad Canadiense esperaba sentado junto a la mesa de la cocina con un gorro de cumpleaños, la cara llena de restos de tarta y pistola en mano. La policía bloqueo al hombre por detrás, dejándolo sin pistola y tumbado boca abajo en el suelo de la vivienda. Muy arrepentido, el varón derramó varias lágrimas de dolor al ver los cuerpos de su familia ensangrentados a causa del brote psicótico que había hecho que el mismo los asesinara.
El hombre ingresara en prisión psiquiátrica hasta que el juez dicte sentencia.